martes, 1 de octubre de 2013

MEDIAS DE QUITA Y PON (Parte 1)

Me ha costado recuperarme de la resaca. Al no estar acostumbrada a beber he sufrido un dolor de cabeza insoportable, ahora mismo me cuesta escribir, está claro que la mezcla cerveza chupito y cubata no es acertada para el bienestar corporal.

Ahora recuerdo porque no suelo salir y menos a beber. También recuerdo porque quedo poco con estas amigas (una vez al año, ¡estúpida reunión de antiguas alumnas!) y es que, poco o nada, hay en común entre algunas. ¡Menos mal que la bebida ayuda a limar diferencias!

Llegué al bar de moda rezando no ser la primera, más que nada por no esperar como una idiota. Habían llegado dos (¡qué alivio!). Lara y Dora con dos cervezas ya estaban contentas, o se lo hacían.

- Meri, ¡qué guapa estás! (¿Meri? ¿ya sabéis que odio el diminutivo? Grrrr...¿me clavo las uñas en la palma de la mano hasta hacerme sangre? Mejor se las clavaba a ésta)

Ni que decir tiene que si me hubiera afeitado la cabeza y puesto la ropa del vagabundo que pide en la esquina también (según ellas) estaría "muy guapa". Las mujeres mienten sobre este tema, está asumido,  siempre estamos preciosas.

No había abierto la boca y ya entraron las demás. Todos muy monas, claro.

Disfrutamos del lugar la media hora de rigor en la que nos contamos (entre cerveza y cerveza) lo bien que vivíamos y lo felices que éramos (mentimos, claro está).

Salimos dispuestas a darlo todo en la pista de baile y Sara lo dió todo (y enseñó todo) contra una farola que se interpuso en su camino, (el tanga que llevaba era realmente pequeño y el liguero chulo).

Espatarrada, en medio de la acera, con las medias rotas, (¿alguien me puede decir marca de medias que lleguen enteras a casa? se gratificará), una estampa digna de ver o, por lo menos, eso pensaron las veinte personas detenidas mirando el percal y preguntándose cual iba a ser la valiente en intentar levantar a Sara... y esa valiente fuí yo.

Caí de bruces contra la acera (dije que por el mareo pero la realidad es que no hago levantamiento de pesas en el gym) ¡menudo bochorno! Ahora en vez de veinte eran cuarenta las personas que nos observaban. Al final nos incorporamos como pudimos y, como no, retomamos nuestro plan de bailar no sin antes quitarnos las medias...

Y lo de la discoteca merece otro capítulo...







2 comentarios:

  1. Hola Goretti, es divertido leerte. Un texto sincero y ameno. Pues creo que al menos deberás beber más seguido para evitar el dolor de cabeza. Un abrazo.

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