martes, 24 de febrero de 2015

PILLAJE ESPAÑOL

Primer evento asistido después del nacimiento de mi primogénita que ha cumplido ya siete meses.
Tal acontecimiento se desarrolló en mi pueblo. Un maravilloso banquete con mil personas, un montón de actuaciones y una pila de conocidos irreconocibles transformados por los años. ¡Genial! 

Curioso de lo que te das cuenta en este tipo de actos. De primeras pude comprobar como la gente se tira a los canapés, como si hubieran dejado de tomar una comida para poder llenar el buche gratuitamente. Una señora se quedó con una bandeja repleta mientras instaba a una amiga a que hiciera lo mismo...¡¡bochornoso!! Ataviadas, eso si, con unos flamantes visones.

La cena fue espectacular. Tanto tiempo sin salir de parranda que aquello me pareció la gloria. Seis desconocidos enfrente, temas diversos y conversación ininterrumpida, como a mi me gusta. Eso si, en la mesa de al lado el típico bocerascontentodemás que no paraba de incordiar a la morena escotada de su derecha y en la mesa de enfrente el matrimonio que por todo discute, jeje.¡Completo acontecimiento!

Como veis, soy muy observadora, tanto que al dirigirme a la pista de baile en la que un gran escenario albergaba una fatal orquesta comprobé de nuevo la chabacanería y aprovechamiento que vamos pregonando cada vez que salimos de casa, triste, pero cierto. Una buena mujer, no logré confirmar si era la misma de los canapés, cogía uno de los hermosos centros de cristal, repleto de rosas, que había en una de las mesas, y tan campante, se dijo a si misma "¡para mi casa porque me lo he ganado o ¿pagado?"... acto seguido otras muchas le siguieron el gesto...No quiero pensar si desmontaron, también, el decorado floral del hall de entrada ¡horror!

¿Puede ser posible esto? ¿puede ser posible que nos encontremos en un lugar donde asumamos que nos podemos llevar lo que está al alcance de la mano, cual lapices de Ikea? Triste y ¿cierto?