lunes, 23 de diciembre de 2013

LA CUCHIPANDA

Todavía me dura la resaca del sábado y, no, no de alcohol, recordemos que estoy embarazada, resaca de tonterías supinas que se pueden decir en una cena de empresa. Si, un trago por el que pasamos todos en estas fechas y que deja recuerdos imborrables.

La invitación no me la hicieron con mucha efusividad (invitación es un decir, la cena se la paga cada uno) y dejaron caer el "bueno, si te apetece en tu estado" ( Curioso esto de estar embarazada, parece que estás apestada, "no cojas esto" , "no comas lo otro" "no vamos a ese sitio, el viaje en tu estado", merece reflexión larga y tendida)
Acepté, por supuesto, me moría por ver a Jacobo con dos copas y a Bianca estirada en una silla hablando cordialmente.

Lo celebramos en un pequeño local al lado del súper, "La Mazmorra". Si, efectivamente, el nombre le venía al pelo, un cubículo pequeño, húmedo y al final de ocho peldaños. La decoración haciendo justicia al nombre y el camarero caracterizado para el local.

La comida un horror y la compañía más, todos amigos. ¿Se pueden olvidar rencillas y malas caras en una cena de empresa? ¿se puede ser tan hipócrita? Se ve que si. Me mantuve bastante al margen de todos y me dediqué a charlar con la nueva (formada, lista, guapa, simpática...lo tiene todo) pero no me perdí las chorradas y los cánticos...

Jacobo se puso de tintorro hasta las orejas y empezó a piropear a Leire (la nueva reponedora-cajera), Bianca mantuvo su pose de jefa hasta el final, Chema cantó a la Pantoja con la voz del Koala y Eli enseño un par de veces las bragas ¿sin querer? no sé. Yo, derroté y me retiré.

Hoy caras largas y silencios incómodos. Creo que me ocultan algo que pasó en mi ausencia, jeje, lo descubriré.


miércoles, 11 de diciembre de 2013

HORRORIS CAUSA

Está claro que el mes no acompaña. De por sí, diciembre es el mes feo del calendario, por lo menos para mi; si encima, estás preñada, con suegra a la vista y con jefa de súper atacada por las navidades se convierte en "un horroris causa".

Menudo mosqueo que se ha pillado Bianca con mi buena nueva, ni que le fuera a pedir que me cuidara el bebé por las tardes. Su enfado ha llegado al cuchicheo de los pasillos de ultracongelados, mientras se colocan las croquetas y los surimis. En el trabajo me siento la prota de una peli...(que venga el Richard Gere a buscarme, como en "Oficial y caballero", jeje)

En casa la cosa no está mucho mejor, han empezado a llegar regalos...(¿regalos? ¡si quedan siete meses!) ¡Y que regalos!:

  • El sacaleches: Aparato de tortura que me ha traído una vecina (madre de gemelos, por cierto) que "casi " no lo ha usado. Mirarlo da yuyu, no sé si es por la forma, aplicación, color...o porque  te da por pensar (bien pensado) que ha estado ordeñando a otra persona ..buf.
  • La ropita de punto: La anciana del primero, que amor, una ropita hecha a mano, con su delicado trabajo, artesanal, toda llena de lazos (mi hijo va a parecer un tunero) ¡horrible!....Igual debajo del buzo para ir a la calle...
  • La que te pide el futuro nombre para bordárselo en punto de cruz: ¡Vamos a ver!, aviso a mujeres "puntocruceras" del mundo. Por muy costoso que sea, de dinero, de tiempo... (no lo dudo) hay gente QUE NO LO VALORAMOS y por lo tanto, no lo queremos. Creo que aún con esta explicación, me lo hará...
          - Meri...(Grrrrr) con lo bonito que es ver tu nombre dentro de unos años hecho en punto de cruz.
Dentro de unos años...si, le diré a mi hijo/hija que se lleve el "cuadrito" a la universidad y me lo estampará (con razón) en la cabeza...


Prometo sobrevivir a todo esto y deciros pronto el sexo. También espero que mi querido Jesús Velasco (primo de Concha) me facilite rápidamente el nombre, ya que se ha ofrecido a ponérselo.



viernes, 6 de diciembre de 2013

¡¡LA SUEGRA!!

Mi vida ha pegado un giro considerable en estas últimas semanas, no sólo por los mareos, visitas continuas al ambulatorio ni el exceso de peso, además a empezado a rondar mi casa un ser nada deseable ejerciendo su papel de abuela: LA SUEGRA.

Si llego a saber que, con esta nueva situación, mi suegra empezaría a husmear mi casa cual perro de presa no me quedo embarazada ni de coña. Y es que la relación nuera-suegra pasa por varias fases pero siempre, al final, se llega a la misma conclusión:  incompatibilidad de caracteres.

  • Fase uno: Presentación, sonrisas, charlas, primer contacto agradable incluso demasiado ¿será como una madre? (Un año de duración)
  • Fase dos: Roces, indirectas, sonrisas (fingidas) y tiras y afloja con su adorable hijo, el cual, no sabe de que lado ponerse (Tres años si no se ve a diario, claro)
  • Fase tres: Silencios incómodos, riñas, volumen alto en las conversaciones, tirones de pelo (esto no tan raro, os lo aseguro) y aguante y más aguante. (Otros tres años)
  • Fase cuatro (si, hay una fase cuatro, es en la que estaba yo, felizmente, hasta hace dos semanas): Indiferencia, es la clave para sobrevivir, si, en esta fase lo mejor es aplicar esta técnica y evitar contacto visual, coloquial y corporal, vamos: ¡¡qué no se te ponga delante!!.

Yo estaba en esta última fase, pero claro, nunca pensé que pasaría a la segunda de golpe y porrazo pero con deseos de aplicar los tirones de pelo y añadirle patadas, ¿¿serán las hormonas?? 
Lo peor ha sido escuchar a mi "querida" suegra decir: Seamos amigas por el bien de este nuevo vínculo que nos unirá como familia para siempre....
¡¡¡SOCORRO!!!