jueves, 10 de octubre de 2013

MOMENTO: PREDICTOR

Llevamos un mes intentándolo y a la primera falta y Cosme...

_ ¿Te has hecho ya la prueba? 

- No

- ¿Y a que esperas?

¡Pues espero no tirar doce euros cada vez que tenga un pequeño retraso!, eso pienso. ¿Cómo podrán ser, los hombres, tan ansiosos con este tema? Debe resultarles como un reto. Sus "soldaditos" funcionan o no... una muestra de hombría: meter gol a la primera.

Tras dos días de insistirme decido bajar a la farmacia del barrio. Esto ya es todo un reto, aguantar la mirada de la farmacéutica con sonrisa disfrazada, disimulando...está claro lo que piensa: ¡Claro! ¡así no han bajado a por condones este mes!...era esto o separación.

Y ahora llega uno de los momentos con los que sueñas cuando eres cría...aunque sea en plan pesadilla cuando eres adolescente. Decido meterme en el baño, reflexionar...en realidad no quiero hacerme esta prueba, puede que por el miedo a no estarlo o al revés, quien sabe. Creo que muchas dudamos en ese momento. ¿Será alegría por quedarse o por no?

Las instrucciones las repaso un par de veces: "Retire el capuchón y introduzca la parte esponjada en la orina. Tape y coloque el predictor en una superficie plana, espere cinco minutos. Con dos bandas rosas usted está embarazado, si sale una, siga practicando y suerte la próxima vez (jaja)". Vale...

Los váteres (se escribe así) no son totalmente planos, ¡qué puñeta!, ¿dónde coño pones el predictor? Yo que, estoy en casa, tengo varias opciones, pero...en un baño público, complicado.

Opción número uno: El suelo (bastante mala, suelen estar sospechosamente mojados)

Opción número dos: La palma de la mano (algo cutre, pero lo más recurrente)

Opción número tres: Tengo una amiga que se tumbó en dicho suelo y se lo puso en la tripa (poco aconsejable con esa humedad, la verdad)

Mi prueba de embarazo ya está en una superficie plana, ahora toca esperar.

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