miércoles, 27 de agosto de 2014

PARIR NO ES LO PEOR

¿Preparada para contar mi parto? Pues no, pero como me ha tocado narrarlo a la familia considero que ya lo puedo contar aquí.

Un seis de julio, domingo, seis de la mañana. Podría empezar diciendo que era una cálida mañana de verano pero estaba yo como para notar la climatología del día en cuestión. Las contracciones llevaban alertándome toda la noche, y me decidí a despertar a Cosme y que cumpliera con su primera acción como padre (bueno, con la segunda) ¡llevarme al hospital! 
Cuando un padre primerizo lleva a su mujer en estado al hospital los cien mil ¿te encuentras bien? ¿qué tal vas? llegan a ser peor que las contracciones, así que llegué con dolores de cabeza aparte de los inguinales.

Me atendió la mujer borde de la planta uno (los domingos no irradian felicidad, y si las pillas en cambio de turno menos).
Melisa, así figuraba su nombre en la camisa, medía 1,60 y estaba sin afeitar. Lucía una graciosa muñeca de esas que te regalan, aunque no entendí que hubiera alguien que le deseara algún bien a aquel extraño ser sacado del mismísimo infierno (os recuerdo que estaba con terribles dolores ignorados vilmente). Total, me hizo abrirme de patas y saltó una de esas frases que sólo se le pueden decir a una fruta: 

-¡¡Estás verde!!

¡Vaya! ¿cambia eso de color en el parto? 
Luego me depiló con saña pero sin rasguño (siempre he pensado que esa destreza con la cuchilla es inusual), me puso el tan conocido "enema" y me dejó a solas ¡todo un detalle a mi intimidad! 

Pasaron dos horas interminables ¿esperando el cambio de turno?.... Menos mal que me animaban los gritos desesperados de la vecina del ¿¡cuarto al lado!? (bien podía estar en el otro ala del edificio) que suplicaba la muerte (¡¡por dios!! ¿qué le están haciendo a esa mujer?).....

Hago un inciso: tras contar esta parte a mis mamás-amigas identifican dicho personaje, emisor de alaridos desconsolados, en sus respectivos partos. Llego a la conclusión que es una persona contratada...:  

-¿Para levantar los ánimos de las parturientas?
-¿Para qué en esos momentos no se nos olvide la Ley de Murphy?
-¿Para dar sinfonía vocal y estridente al momento? 

Ni idea, pero pido que si es la tercera, le den un par de instrumentos para que, al menos, adquiera carácter de minueto... (continuará)




4 comentarios:

  1. ¿¿¿¿Verde????
    Y eso qué significa???
    Debe ser aterrador.
    Ya ves que dios sí es hombre, de otra forma ustedes orinarían de pie y nosotros pariríamos. Jajajajaj.
    Te abrazo amiga.

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    1. ¿¿¿Verde??? Pues si. Supongo que en Méjico no se dice, aquí es una forma de decir que no has dilatado. ¡¡Gracias amigo y un abrazo!!

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  2. jeje, es una historia cuanto menos cómica pero que recordarás siempre. Un fuerte abrazo Goretti. Salu2!

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    1. Casi todas las historias de Mérida son fáciles de recordar. Mil gracias Ivan. Un abrazo :-)

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