miércoles, 6 de agosto de 2014

MINERVA

Minerva hace hoy un mes. Ya sé que no tengo vergüenza y todo eso, tanto tiempo sin dar señales de vida...pero mi faceta de madre primeriza me impide hacer poco más que cambiar pañales, dar el pecho o cambiar el babero a Cosme. 

Cuando estaba en estado de buena esperanza creía que mi vida había dado un giro de 360 grados, pero ¡ay! ¡qué confundida estaba! Ahora mi vida nada tiene que ver con lo que era, ni antes ni después del predictor.

L@s que hayáis pasado por esto poco puedo aportar a lo que ya conocéis. 
Mis riñas con mis suegra se han intensificado, ¡multipliquémoslas por diez!, me quedo corta. También con alguna entrometida que ha venido a mi casa a entregar regalos envueltos de consejos y enseñanzas de carácter maternal (curioso que éstas que lo dan no hayan experimentado eso de ser madre), poco paciencia tengo, como ya sabéis. 
Y esa poca paciencia me hizo echar, ayer mismo, de casa a Felisa, la prima de mi madre. Su presencia después de dos años sin saber de ella, viviendo a dos calles de la mía, me sorprendió, que intentase mostrarme como amamantar a mi hija sacándose un pecho delante de mi marido, más. 
Felisa es la soltera de la familia, vive con dos gatos, es más burra que un arado y es funcionaria. Es la típica empleada de la Administración que te puedo poner sellos con la misma intensidad con la que se clavan puntas o que puede salir a tomar café con una cola de +10 sin inmutarse., con mirada de indiferencia  y sin entrenar. (Apuesto que es un requisito para pasar la oposición). La verdad es que en la familia siempre se ha especulado sobre su condición sexual, bien sea por sus rasgos masculinos o por sus idas y venidas con íntimas amigas. Nada que objetar, por supuesto, recordaréis la de mi maravilloso hermano.

Al final no me quedó otra que invitarla "sutilmente" a salir(a empujones, sujetándome Cosme para que no fueran patadas) Me superó el "quita, que ya puedo yo" o el "como eres tan joven no sabes porque llora..."

Con mi suegra las he tenido parecidas pero al ser la abuela de la criatura le he concedido unos minutos más de paciencia, a mi madre le he mandado directamente a la mierda y la he prohibido venir a casa más de dos veces al día. Por desgracia mis historias seguirán, espero que, apartir de hoy, sean más "de seguido" :-)

2 comentarios:

  1. Me pregunto si a Minerva le llegará a molestar que le digan Mine, como a Mérida lo de Meri. Es placentero leerte Goretti.
    Por otro lado recuerdo perfecto esos días de "regalos envueltos en consejos" que tanto molestaban a la mamá de Gil. Todas creen tener la razón.
    Te dejo un fuerte abrazo

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    1. Gracias Gil! Es un gusto que sigas ahí después de tantos días. Un abrazo fuerte amigo

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