OLORES Y COLADA

Tener un bebé en casa es toda una experiencia. Empezando por la ropa tendida y acabando por el olor ¡cómo cambia el aroma de una casa!. Mis miedos a la maternidad se disiparon el día que le vi la cara, supongo que como a todas las mamás. Cosme lo tenía superado, sus ansias por ser padre eran tales que si no me hubiera quedado preñada con rapidez apuesto a que él habría sufrido un embarazo psicológico.

Las tareas del hogar se han multiplicado por tres y me he empezado a agobiar. Nunca he sido una maniática de la limpieza y el orden pero reconozco que no llego como llegaba antes a hacerlo todo... ¡y eso que no trabajo!....buf.

Si, me he quedado en el paro. La gentil encargada (recordemos apelativo cariñoso: "insatisfechafisicaymentalmenteenlostemasdealcoba") me entregó la carta de no renovación (hará tres meses) como me esperaba y un: "tu primo no puede hacer nada" con sonrisa incorporada, la muyyyy,,,, Al menos, mis compis escotaron y me regalaron (como no) un surtido de productos de bebé; GRACIAS pero prefería volver al curro ja ja. 

De momento pasaré estos cuatro meses y volveremos al ataque "curriculin" en la campaña navideña. La campaña navideña es la mejor, igual tengo trabajo vestida de Papá Noel o me contratan de chica burbuja para el Freixenet, puedo anunciar las campanadas con Ramotxu o protagonizar el nuevo anuncio del perfume Loewe y ponerle ganas ¿alguien puede decirle a esa chica del anuncio que, aparte de vocalizar, le ponga arranque a la frase?...Pues sí, será una buena época de replantearme mi vida laboral :-).

Este es un post corto para volver a cogerle en tranquillo pero tengo uno preparado sobre: "cosas inútiles que se le regala a un bebé y que van directamente a un cajón" ¡extraordinario! Para el próximo día, prometido.