Pensando en ir a la playa este fin de semana, ¿pondré la excusa de un repentino catarro como aquel famoso anuncio?, creo que no colará, en aquel anuncio la mujer atiborraba de sobres a su marido y no se libraba de la comida "suegril", yo tampoco me libraré.
Ir a la playa con dos niños tiene sus pegas, si no son tus hijos ni te cuento. Encima la ciencia juega en tu contra (estadística creo que se llama) si vas con niños acabarás siempre en la arena entre el matrimonio borde, la buenorra en topples y la pareja de enamorados, si vas sin niños te toca el papel de matrimonio borde.
Mi cuñada Sebas (de Sebastiana) nos encasqueta otro año más a sus adorables vástagos
"Por haceros un favor...que a Cosme le encantan los niños" (dice la muy...). Y mi marido encantado y yo puteada.
El final ya me lo sé: el matrimonio borde con un balonazo (o dos) en la cara, la tetuda de regalo, un rebozado y la parejita pensándose "muy mucho" utilizar la "marcha atrás" como alternativa a "no hay dinero para condones".
Aunque no será peor que la última escapada a la playa.
Cosme (alias "el despitado" haciendo de las suyas) lo primero que me dice al bajar del coche...:
- Mérida, CARI (este "cari" es recalcado a modo de súplica) ¿metiste mis chanclas?
Te entra una especie de "yalosabíayoqueaestegañanseleolvidabaalgo" mezclado con "ahorapretenderáecharmelaculpaamí" que no sabes si alegrarte o enfadarte.
-No, Cosme, no las he metido, he tenido suficiente con hacer mi maleta.
A una mujer jamás se le ocurriría preguntarle a su marido: ¿me has metido los tampas, el bañador, o cualquier otra cosa en mi maleta? NO...NUNCA.
-¡Joder Mérida! Pues se me han olvidado, no voy a bajar en playeras a la playa.
(Curioso esto ¿por qué las llaman playeras? que me lo expliquen)
-Cosme, ponte las aletas, a lo Jacques Cousteau. (Era broma pero se lo tomó al pie de la letra)
Pues sí, el kit de buceo no se le olvidó (aletas, gafas y ernórquel) y eso que no se moja por encima del ombligo. Total que con las aletas puestas por toda la playa.
¡Ponedme la escafandra a mi! ¡qué vergüenza!
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