PERSONAL SHOPPER

Entre la ausencia de Cosme, mi trabajo y los continuos encontronazos con la vecina pija (me ha tocado, este mes, hacer la escalera) llevo días que no vivo.

Las horas que pasa Cosme fuera de casa no coinciden con las mías y lo llevo fatal. Acostumbrada a su anterior horario de oficina o a tenerlo en casa a todas horas estos últimos meses y...ahora, vernos sólo para dormir...buf,  menos mal que los arrumacos ayudan.

Y luego está el tema de la vecina insufrible. Debe de estar esperando a que baje yo en bata y con mi cubo de fregar para salir espectacularmente vestida de su casa, con esa increíble perfección a la hora de combinar.... (¿esconderá en su casa un personal shopper?, y si es así ¿me la prestará si se la pido?)... taconeando y contoneándose. 

Lo peor es cuando saca al perrito-hámster. Ayer se lo pisé sin querer, se salvó porque también bajo en zapatillas de felpa, sino...boca a boca perruno por parte de la dueña.

Reflexionando en mi casa me di cuenta de que por cada edificio toca una tía como ésta. Son leyes de la naturaleza infranqueables dignas de investigación: "Reagrupación de distintas manadas donde se repiten patrones de conducta por parte de sus miembros...". 

También está la pareja de mediana edad que trabajan comprobando mirillas desde casa y el tío estupendo que vive para-por-y-¿del? (esto último en pregunta porque no lo sé) gimnasio (con éste tengo para otro episodio) 

Voy a tener que empezar yo dicho estudio...